ARGO

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Con su último film Ben Affleck ha confirmado que es, además de buen actor, un genial director. Lo demostró en su anterior película The Town, y lo vuelve a hacer en ARGO donde además repite como principal protagonista resultando más que convincente.
Basada en hechos reales ARGO cuenta la toma y control de la Embajada norteamericana en Teherán el 4 de noviembre de 1979. En aquellas fechas la revolución iraní se encontraba en plena explosión y algunos militantes entrarían a la fuerza en la Embajada tomando rehenes. De entre todos seis de ellos consiguen escapar encontrando refugio en la casa del embajador canadiense.

El film se centra en los hechos para afianzar una película con mucho pulso, momentos divertidos dentro de una película muy seria por los hechos que cuenta. Si bien el gran logro llega por parte de Tony Méndez (Affleck), un agente de la CIA especializado en misiones de rescate quien trama una alocada estratagema, la del rodaje de una película de ciencia ficción llamada Argo con el fin de introducirse en el país y poder sacarles de allí como parte del elenco de protagonistas.

La trama resulta de lo más interesante, muy fílmica y más que bien rodada, con grandes interpretaciones por parte de Affleck y un excéntrico y recuperado John Goodman, manteniendo la tensión hasta el final y atrapando sobremanera al espectador.

Su lanzamiento en Blu Ray supone el momento indicado para recuperarla, volver a verla o disfrutarla por primera vez en caso de no haber ido al cine. Todo ello en una versión extendida que cuenta con extras que nos meten más de lleno en su historia real, el caos del momento de la revolución aquel año y un testigo presencial contando lo que sucedió. También encontramos el rescate y narraciones del presidente de la época, Carter así como el agente de la CIA. Además el tema de la película y su ficticio rodaje, comentarios del director para recrear el mundo en 1979 y la ayuda y riesgo de los canadienses al dar cobijo a los norteamericanos, entre otros extras complementan una edición de verdadero interés.

Miguel Rivera