IZAL

IZAL

Teatro Circo Price, Madrid 

21/01/2016

Fotos: Javier Bragado

A todo grupo cuando comienza le surgen sueños de a dónde llegarán, de poder tocar el éxito y gustar a la gente, de poder actuar en sitios emblemáticos, de empezar de cero y llegar a alto, pero todo eso son sueños, expectativas y deseos.

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Algunos lo logran y otros muchos nunca, pero el camino siempre es importante. Muchos son los factores que deben darse para ello, y en la mayoría nunca sabemos por qué no se consigue. El caso de IZAL es uno de esos en los que la humildad, el trabajo, buen gusto y calidad se unen para conseguir algo muy complicado, empezar desde abajo y crecer en tan solo unos pocos años y con tres discos tocar el cielo.

Ya han cumplido muchos objetivos, pero quedan otros muchos, nunca hay cielo para bandas como esta. La formación ha logrado tocar en el Palacio de los Deportes de Madrid, llenar diversos días en muchas ciudades españolas y conseguir referencias y aplausos en todos los sitios por donde pasan. Sumamos a ello ser un reclamo fijo para los festivales veraniegos, indies y otros no tanto, fiestas y otros escenarios patrios.

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Quedaba algo bonito en el tintero, un escenario emblemático como el Circo Price. Dicho y hecho, tres noches consecutivas de enero para colgar rápidamente el sold out demostrando que tanto ellos como su “Copacabana” su última obra están en lo más alto.

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Seguramente sea su mejor momento, cuándo no lo ha sido en dos años frenéticos para una banda que empezó muy abajo, como bien recuerda Mikel, su frontman. Pero como también decía en la primera noche en el Price “sin salas pequeñas no hay grandes” lo que significa que como todos, comenzaron en locales para poder llegar a ocupar un sitio privilegiado en la escena musical y poder subirse a un escenario tan particular y especial.

El caso es que el grupo cumplía el sueño de muchos y, a su vez, el de todos esos seguidores que llenaban en su primera de las tres noches el mítico circo madrileño. Gran expectación y tardanza a la hora de ocupar sus asientos, y es que aunque fijada la hora de comienzo las 21 horas, serían 15 minutos de cortesía los que ofrecían para que todo el mundo tomara asiento.

Un club selecto de fans, los cientos que ocupaban por unos minutos sus butacas, y digo minutos porque “Copacabana” nos ponía el sabor dulce en la boca y el azucar musical en el cuerpo para dejar de lado los asientos y en segundos ponernos todos de pie. Directos, de gran sonido, liderados por el altísimo Mikel al frente, tomaba luces “su” club con un cuidado y pulcro escenario.

El neón iluminado de fondo rezando “Copacabana” y un foco central horizontal para destellear nuestros inquietos ojos que vibraban en temas como “En aire y hueso”, fabulosa o “La piedra invisible” sonando como debe sonar, sinceros y mágicos.

Mikel Izal daba pronto las gracias por hacer un sueño realidad, el de cinco muchachos que frente a nosotros pisaban todo un Price con las localidades agotadas. Viniendo de un pequeño éxito en México, contaban como hubo en las tres noches un seguidor que pedía lo que se nos venía “Los seres que me llenan” uno de esos temas que entran en ti, que pedía la colaboración del público, entregado en cada canción, sobre todo el apartado femenino, consiguiendo una comunión vocal pocas veces vista.

Su pequeño club “Copacabana” se tornaba de pronto tranquilo, más intimista, sentados y con la luz de unas pequeñas lámparas de mesa nos regalaban un momento íntimo, cercano con temas en acústico para deleite de ojos y oídos. Un bonito entorno para crear un capricho propio con acompañamiento de su descubrimiento, otro compañero, Martín que a ritmo de vibráfono daba otro toque más a su directo con dos temas especiales «Sueños lentos» y «Palos de ciego».

Era momento dulce, aquel en el que Mikel nos regala “Pequeña gran revolución” tema dedicado a su sobrina, y así con su público cantar por ella. Emocionado, viviendo lo que estaban viendo un día antes de poder ofrecérselo a otros privilegiados y a sus padres, sonaba “La piedra invisible” e íbamos desgranando ese “Oro y humo” o las espectaculares en ritmo “De vida y placer” o “Arte moderno”, un gusto musical que en el Price tomaban más color gracias a la magia de un sonido bien cuidado y ensayado.

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Ritmo y alegría para encauzar una parte final de esas que invitan a recordar una y otra vez,, intensidad de su “Pánico práctico” y la magia de “La mujer de verde” y “El baile” que es sin duda la apoteosis y unión con un público entregado desde el primer minuto, con los gritos y aplausos como coprotagonistas de este teatro “copacabanero”.

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La “Magia y efectos especiales” o sus “Tambores de guerra”, ofrecían la energía suficiente para no dejarnos dormir esa noche con su fastuosa “Pánico práctico”, «Qué bien», Mikel dejándose querer en el pasillo central avanzando hacia el fondo antes de finalizar y cerrar por todo lo alto con un ritmo y sensación de fijar una noche para el recuerdo y la frase de “yo estuve allí” para disfrutar de «El baile».

IZAL vuelve a marcar sus letras en grande y da otro pasito más en su fulgurante carrera y cosas por hacer ya hechas. El Price y nosotros fuimos compañeros necesarios de ello.

Miguel Rivera