GRISES
13/05/2016 Sala El Sol, Madrid
Fotos: Miguel Rivera
En ocasiones, no hacen falta grandes fastos ni pirotecnia que disfrace un concierto. “Solo” es necesario tener talento y un puñado de buenos temas junto a una química sobrada para conectar con tu gente y saber marcar un directo con rigor, de narración explosiva y final en lo alto.
Ese vendría a ser el resumen que contiene un concierto de GRISES. La formación de Zestoa comienza a hacerse “adulta” dentro de la escena indie con un directo sólido, de músculo bailable y una fórmula, la del estilo y buen ambiente, que crea una comunión entre banda y público envidiable.
Es un disfrute, una fórmula distinta entre tanta melancolía para forjar, a base de ritmos tropicales, guitarras juguetonas y mucho sinte y teclados, unas actuaciones tan pegadizas como brillantemente movidas, baile y contagiosos ritmos bajo evocadoras voces.
Amancay y Raul lideran a base de voces y movimientos conciertos exquisitos. Su exposición en la sala El Sol de Madrid con interesante entrada nos brindaba un viernes 13, nada supersticiosos ellos, un concierto de envergadura, de juego de luces y escenario, cartel gigante de fondo rezando su nombre, lleno de matices y melodías abrumadoras.
Consiguen conectar de cerca y de lejos, y lo hacen con cortes embriagadores como “Huesos” y tintes de reminiscencias ochenteras como la magia de “Formas” que te endulza el oído en un inicio más sosegado que rompen con el baile retro de “Chicles pegados” sumamos movimiento de caderas y saltos con una frescura inigualable.
Es ahí donde dan el pistoletazo a sus partes más intrigantes y movidas, de la embaucadora y sólida “Plutón” o “Efímero” al rock más denso de “Cactus” vibrante, magia hecha música que conecta y nos hace viajar mentalmente, con ese tinte tropical que tan bien manejan en la extravagancia de “Señor nadie”.
El quinteto se maneja bien tanto en escenarios grandes como en el caso del reducido espacio de El Sol, mítica sala para una banda diferente, cuya propuesta es fresca como demuestra “El hombre bolígrafo” que sube los grados y nos lleva a ritmos más cálidos en “Soles” temas de gran sustancia los que esconde “Erlo” y que funcionan a las mil maravillas en directo.
Se manejan con tino y movimiento, con Amancay en plan torbellino imparable en una recta final movida a base de “Avestruz” y “Parfait” en un final que invita a “mover todo tu cuerpo” que para eso reza su letra.
Es GRISES una formación vibrante, que se mueve la mar de bien. Sus temas onectan con desparpajo, que saben acondicionar sus conciertos con juegos de luces oscuros y “flashazos” inspiradores, tanto como su tropical ambiente y sonidos indie por momentos que inundan, para bien, nuestros oídos. Una demostración de saber hacer y personalidad musical.
Miguel Rivera
