Canción de amor definitiva

Jorge Martí

Plaza & Janés

“Te quiero desde el día que te conocí”. Creo que esa es la mejor premisa como inicio y final para un recorrido de más de 400 páginas que supone esa Canción de amor definitiva que nos regala Jorge Martí en su autobiografía.

El cantante de La Habitación Roja tiene una historia detrás digna de contar, y gracias al empeño de Cristina Lomba su editora, tenemos entre manos una de esas obras que hay que leer, porque la vida de Jorge es un viaje de una intensidad, emoción, crudeza y demostración de amor increíble (su visita para sorprenderla en Noruega es mágica).

Pocos libros consigo devorar en tan poco tiempo, exactamente cuatro noches que como una buena serie, he seguido su hilo de principio a fin metiéndome en situación, intentando entender cada cosa que ha ocurrido a lo largo de más de dos décadas que plasma en el libro, y esperando poder retomar su lectura lo antes posible.

Hay amor, lloros, muchos reveses de la vida, también ilusión, risas y viajes infinitos, no todos para bien, pero sin duda el conjunto hace que nos metamos de lleno en su historia para ser compañeros ficticios de una vida seguramente distinta. Una vida de ritmo desenfrenado, que transcurre de forma casi agotadora para el lector entre Molde, Trondheim y España, que ni un espía ruso.

Canción de amor infinita es la historia de un luchador nato con el amor como protagonista, ese que declaró su amor a Ingrid a los 23 años sin saber lo que vendría después. Primeras páginas en la que encontramos ese amor definitivo descubierto de Erasmus y que vería en los ojos y labios de una Noruega el mejor motivo para tomar la decisión de irse a vivir al país nórdico y condicionar su vida en torno a un amor infinito, de un flechazo de película en la vida real.

Hay en las páginas del libro mucha desazón, nostalgia, dolor, sucesos complicados y hasta momentos en los que parece que la cosa acabará mal, una forma de entender mejor las letras de su grupo, pero ante todo hay detrás una lucha de quien ha decidido hacer de su vida un viaje continuo por amor. Jorge daba forma a La Habitación Roja por aquel entonces -ahora ya con casi tres décadas de historia- ofreciendo dos caras laborables de la misma persona, la de músico y la de enfermero en Noruega, algo que como bien podremos entender le ha marcado creando dudas infinitas por no estar muchas veces para unos u otros, y sintiendo siempre que fallaba a una de las dos partes.

Familia y banda, Noruega y España, sus dos hijas (Érika y Frida) y una fatiga crónica diagnosticada a su mujer (con la que se casaría veinte años después) sirven para contar al desnudo una historia que marca profundamente al lector, conociendo a un músico y sanitario que a lo largo de todos estos años ha lidiado con viajes eternos, aviones, buses, coches, furgonetas y miles y miles de kilómetros, reflejando una vida a medio camino entre dos países, mar y fiordos, afrontando la enfermedad de su mujer, aquella que llena de amor también ha entendido la forma de vivir de Jorge y ambos, con sus vicisitudes y crisis, han salido adelante con el amor como nexo en común eterno.

Dice Jorge que «mantiene la esperanza de componerles la canción de amor definitiva» pero a nivel literario pocos libros, aun con el dolor que aflora en muchas de sus páginas, consiguen llenarte de tanto amor y afán de lucha y superación como esta autobiografía. Un viaje escrito definitivo.

Miguel Rivera