DINERO

DINERO

09/07/2013

Costello, Madrid

Tan solo unos días después de haber viajado con ellos a Elda como reportaje especial En Ruta nos encontrábamos con la posibilidad de ver a DINERO en su hábitat inicial, el de sala pequeña, de aforo reducido como el Costello pero de indudable ambiente para el grupo.

Ese tipo de locales donde muchos, ellos incluídos comienzan a hacer ruído y por ello, dentro de los Veranos de la Villa teníamos la oportunidad de escuchar su rock enérgico en la pequeña «cueva» del Costello en Madrid.

No había duda, aunque en días como los que nos ha tocado vivir cuesta, que el Costello iba a reventar, y a pesar de ser muchas las bandas que no pueden ni con pequeños aforos, DINERO colgaba el no hay entradas dejando a bastante gente fuera, frustrada por saber que no iba a disfrutar de ellos.

A duras penas nosotros pudimos entrar, gracias siempre a la gestión de su manager Damián Lozano a quien doy las gracias desde aquí, para entrar en un bajo del Costello a reventar, tal cual.

Sonaba ya «Lo Mismo», ese primer single de su último disco que sumaba calor musical al ya de por sí caldeado ambiente. Nos costaba lo suyo poder bajar las escaleras y ponernos en firme con un electrizante «Difícil» en lo alto y la gente enloqueciendo poco a poco. Momento intenso el que considero temazo «Tal Vez» mientras que cortes como «Vaya panorama» para los que lamentablemente no habían podido entrar y «Que más da» hacía que los saltos y brazos en alto fueran un todo, bajo un calor in crescendo y con el trío implacable sudando y dándolo todo en su pequeño escenario.

Temas como «Mi Generación» son hits que ya se sabe todo el mundo, y en un recinto pequeño como el que tocaba la impresión es de gran local con todas las voces en alto el baile estrecho entre nosotros. «Trastorno bipolar» y «Enérgico, mágico, eléctrico» subían decibelios y sonaban imponentes a pesar de las limitaciones de un local que como muchos otros no dejan disfrutar al 100% de la música.

La gente quería más y aunque casi exhaustos del calor Sean, Rubi y Ekain salían a pegar los últimos gritos con desbordante energía en «16 horas», «Saboreal» con los pelos de punta en el momento en que solo el público cantaba y el temazo «En Invierno» que cierra de forma majestuosa dejándote un buen rollo interno que difícilmente te deja conciliar el sueño.

Nueva muestra del gran momento de la banda que por lógica debe seguir creciendo exponencialmente a su calidad.

Miguel Rivera