EL CIRCO DE LOS HORRORES-MANICOMIO

LOCURA CIRCENSE

Tras mucho tiempo de espera por fin llega a Madrid el nuevo espectáculo de EL CIRCO DE LOS HORRORES con MANICOMIO. Ubicado en el escenario Puerta del Ángel desde el jueves 25 de octubre se podrá ver una nueva locura de esta particular compañía. Teatro terrorífico, cabaret, payasos, malabaristas, acróbatas y un infernal manicomio presentado por Nosferatu incluyendo Bitelchús en un doble personaje interpretado por el ideólogo de tan magno escenario, el artista Suso Silva. Aprovechando el pase gráfico con los medios nos adelantaron algunos números del espectáculo y, mientras Suso se maquillaba en camerinos, pudimos charlas unos minutos con él.

¿Qué ofrece el Manicomio que no tiene un espectáculo de circo?

Suso: El momento en que planteas el tema de la sana locura se está abriendo un campo un poco inexplorado y a su vez te da todas las opciones, vale un poco todo. Volvemos a plantear la fórmula del primer show, fusionar el teatro de vanguardia, el circo más contemporáneo, con un guion y el cabaret salvaje, interactuamos, jaulas, camisas de fuerza, aquí nadie va a salir cuerdo, sacar vuestra locura y contagiaros de la sana locura que planteamos en Manicomio, hay que sacar esa locura y dejarnos de la psicosis que nos inunda con la crisis hoy en día. Esta secuela pretende ahondar más en el circo con historia, con bestias humanas y no animales, saliendo del convencionalismo del circo antiguo, resetearlo un poco.

Ya que te cogemos maquillándote, subes un peldaño la dificultad siendo ahora Nosferatu y también Bitelchús, ¿cómo vas a hacer?

S: Pues un poco de todo, lo complico más. Empieza Nosferatu que es el maestro de ceremonias, quien abre, sigue apareciendo y lo despide. Bitelchús pensé en un primer momento en que lo hiciera otro pero soy masoquista, creo y me tiro todo encima. Supongo que no me fío mucho y prefiero hacerlo yo mismo a que lo haga otro. Será falta de humildad o lo que sea, pero mi visión de esos personajes es muy particular. Al final del show vuelve a salir Nosferatu después de aparecer Bitelchús y hay que remaquillarse. No quiero desvelar el final pero hay una reinserción de los locos del Manicomio. El bipolarismo de los actores está ahí dentro todo el rato, que sepa quien hay debajo, un tío normal de la calle que puede interpretar a un personaje del calibre de Nosferatu pero con sus problemas reales, padre de una hija y marido de la Gobernanta, es algo que me apetece se vea, una especie de show familiar.

¿Qué es lo más difícil de una puesta de escena como ésta?

S: Realmente lo más difícil es escribir un guion, una buena historia y encajar los números. El mundo del circo puede ser muy aburrido, hay que encontrar un conjunto y una historia lo suficientemente atractiva para gustar a alguien de 15, 20, 30 o 40 años, y que salga contento, eso es lo complicado y poner de acuerdo a toda la gente que utiliza tantas disciplinas para crear un buen show. Lo demás es rodearte de un equipazo como he hecho esta vez, con numerosos premios.

Viendo cómo interactúas con el público y que el personaje es grotesco y soez con la gente, ¿no te has llevado sorpresas desagradables o desplantes de personas en particular?

S: Me ha pasado de todo. Le chupé a una persona una vez la cabeza y cogió, se levantó y se fue. Me parece bien, a eso me arriesgo. A otro le chupé la calva y no me lo quité en todo el show, me iba siguiendo. Ahora me da por escupir palomitas con agua, soy asqueroso pero Bitelchús es incorrecto, iba a jugar a eso, a rascarme el culo, sacarme mocos… hay mucha gente que se confunde de show pero te puedo asegurar que el 99,9% ya nos conoce y sabe lo que hay, espera eso. Algunos más puristas quieren más circo, otros más teatro o terror, pero le doy lo que quiero, que vengan a pasar dos horas muy divertidas, impactantes y de locura.

¿Qué es lo que más te gusta del show?

S: Sin duda salir ahí y empezar a meterme con todo el público. El tema del maquillaje en cambio es un follón, a veces acabo con la cara hecha un Cristo, con tanta función y repeticiones en el mismo día con pegamentos y demás es una locura pero estoy ya muy metido en ello.

La carpa, ¿os da mucho más juego que el teatro?

S: Sin duda, ya desde el exterior puedes jugar más, hacerlo más real. Los teatros con su patio de butaca están muy definidos. La carpa da otras dimensiones, la coña empieza fuera, el lugar donde lo plantas, aquí la gente de noche aparcar el coche y ya tiene la locura. Si das con un teatro antiguo es mucho mejor, pero si te toca en otros más modernos o cuidados son muy bonitos pero no cuadran igual con el espectáculo, además tener a 1100 personas en círculo que es lo que ofrece la carpa es mucho mejor, más cálido.

Miguel Rivera

Entrevista publicada con soporte bq Tablet EDISON