HIM – «Tears on tape»

HIM – «Tears on tape»

Razor & Tie

Puntuación: 8/10


Veinte años después de su formación HIM es sin ningún tipo de duda una de las bandas más grandes que ha dado el rock finlandés, y lo han logrado por el carisma y voz de su líder Ville Valo y por supuesto por el denominado «Love Metal» que acuñaron desde un principio.

Fieles a sus ideas, manteniendo el seno de la formación casi en su totalidad a lo largo de todos estos años y las ganas iniciales intactas, la banda ha complementado su éxito en Europa con el de USA donde cuelga «sold outs» en plazas como Nueva York.

Tras un recopilatorio y varios años sin nuevo disco de estudio «rompen» ese silencio con «Tears on tape» y lo hacen como mejor saben, ofreciendo ese rock de guitarras enérgicas, cambios y suculentas estrofas bañadas por la voz particular y preciosista de Valo, así despliegan todas sus armas en hits como «All lips go blue» o «Love without tears» sabiendo manejar tiempos y destacando en estribillos poderosos y llenos de gancho.

Rock oscuro que siguen recalcando con fuerza en «I Will be the end of you» y no es hasta el quinto tema «Tears on tape» cuando descansan para deleitar con sus siempre edulcoradas baladas, de teclado y profundidad vocal enamorando a las suyas. Ville sabe muy bien como mezclar canciones y ese dominio lo demuestra rompiendo con acordes y un ritmo mucho más rockero y fiero en «Into the night» que se ve desplazado en estrofas más sencillas bajo el dominio y pose de guitarra de Linde mientras que tira de falsetes típicos.

Contundencia en su base engañando siempre cuando entra a suavizar su frontman «Hearts at war» para ir ganando en cuerpo musical y ofreciendo esos estribillos altamente pegadizos como en «No Love» de las más rápidas bebiendo de un rock más clásico en forma.
No engañan a nadie HIM es la voz de Ville y la forma de tocar de los suyos, canciones emocionantes cuya base es el rock pero que ellos ocultan a medias bajo grandes estribillos, voces gótico enamoradizas y su particular visión del metal, perdón, «Love metal». Otro escalón más.

Miguel Rivera