LAVIDA

Sala El Sol, Madrid

11/03/2023

La ilusión y ganas de pasarlo bien son necesarias a la hora de arrancar y mantener a flote una banda, más en tiempos de grupos emergentes que tratan de hacerse hueco en el cada vez más complicado mundo de la música.

Singles y viralidad para muchos que crecieron con la música de los 90 y que tienen otra forma de entender la misma allá de lo que impone la tiranía de la industria del streaming.

lavida sala el sol
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Con esa alegría, sentimiento y fe nacía antes de de la pandemia LAVIDA, banda con músicos de trayectoria y amigos que llevaban a su máxima lo de que la música les da ‘lavida’. Un disco homónimo que sirvió para que la banda liderada por Emi Sánchez a la voz nos sirviera en bandeja un sentimiento musical estupendo, lleno de melodía, algunos ritmos que miraban a sus queridos 90s, y una personalidad que se mezcla entre el rock vertiginoso y lo emocional.

Tras los años convulsos con los que nos ha tocado lidiar, LAVIDA han vuelto con su consolidación en lo personal, tirando de #Perseverantia para atestiguar su estilo, de índole propia y melodías contagiosas.

La mítica sala El Sol servía como escenario mítico para unos tipos que reivindican siempre lo alternativo y añejo para su vuelta a los escenarios.

juan navazo band

Abría la noche primero la calidez musical de Juan Navazo Band, tirando de profundidad y melodías clásicas en temas como «Simple», «Olvido» y su conocida «Todo arde», emoción musical de ritmos de cadencia para ir hacia «La huida» musical ante los aplausos de un buen número de espectadores.

Ahora sí, y tras el cambio de rigor, llegaba el momento para exprimir LAVIDA, que volvían a pisar un escenario bastante tiempo después, en el esperemos, primero de muchos conciertos para ellos.

El cuarteto salía sin titubeos con la alternativa «Mira el reloj», con Emi sonriendo dejando ver las ganas que tenían de volver, esa «Perseverantia» que daba título a su nueva obra, de la que sonarían numerosas canciones mezcladas con su primer trabajo.

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Desbordante en estilo «Un plan mejor», esas melodías que tocan por dentro y que manejan sumamente bien; una construcción que mira del pasado y bebe del presente en su sonido, mientras que «Hambre y pan» nos envolvía en ese aurea intimista llena de profundidad, con Emi controlando los tiempos vocales, como quien sube y baja escaleras de manera fácil y acompañado por un amigo y músico como Dave Gómez, para crear un tándem casi religioso con una química patente.

Es una máxima que un concierto pasa rápido, ese que marca «La velocidad del tiempo» uno de los cortes que mejor funcionan en vivo, un rayo de luz enérgica para pasar al dulce sabor que marca su exquisito «Café», ejemplo claro de ese sube y baja romántico de sus canciones.

Aprovechaba Emi para «presentar» a «Ulises» otro de los mejores cortes de su repertorio que aprovechaba para recordarnos que «Si encuentras alguien muy especial por el camino, cuídalo». Y en ese punto la banda ponía «Calma», esa canción de estrofa sentida y explosividad en su estribillo, que quedan por dentro y se muestra perfecto para cantar con ellos.

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Buen sonido y ante todo mucho karma entre público y banda, disfrutando ambas partes para entrar al trapo en la recta final de sus «Domingos de luz», luz musical de sábado en esta ocasión para encender El Sol a modo de entrega y pasión, la de lo bonito de unos «Girasoles ciegos» y el «Modo zen» de un final que de zen tenía poco, con todo el público coreando y Emi bajándose del escenario para mezclarse entre los uo-uo-uo del respetable.

Energía melódica, una montaña rusa de canciones que suben y bajan en su intensidad para forjar un directo bien ejecutado y sumamente equilibrado de una banda que sigue emergiendo sin contradicciones y fieles a su estilo siempre.

Miguel Rivera