RED HOT CHILI PEPPERS + INCUBUS

RED HOT CHILI PEPPERS + INCUBUS

07-06-2012

Rock in Rio Madrid, Arganda del Rey

Fotos: EstudiosLaLuna

Y en el cuarto día… resucitó, el rock me refiero. Sí, esa palabra que supuestamente define y da nombre al festival más grande del mundo ROCK IN RIO se tornó de oro para dar cabida, en su cuarto y último día a grupos de tallaje y nombre como RED HOT CHILI PEPPERS e INCUBUS, de lo poco rockero que se ha podido ver en la gigantesca explanada de Arganda del rey.

Poco a poco vemos como el evento y tristemente en España, va perdiendo el poco rock que merece dando cabida al pop y ahora la electrónica, género fulgurante y de masas tras lo visto el día antes con Guetta y Pitbull, lo que sencillamente deja adivinar, en caso de darse más ediciones, que Rock in Rio perderá “fuerza”.

Para comenzar Gogol Bordello de los que vimos muy poco, en plena tarde soleada y de calor bajo ese folk rock de índole particular. Pero lo que de verdad queríamos era ver a INCUBUS, dejar patente que su rock de antaño y noventero marcó un antes y un después, que su líder Brandon Boyd sigue desatando locura femenina y que continúa con las cualidades intactas, a pesar de marcarse temas blandos en la última época.

Dejando aparte sus últimos discos y esos lentos con los que rompen un poco el directo, la formación recordó su mejor época como “Adolescents” o “Megalomaniac” junto a grandes cortes talla “Circles” coreada por todo el respetable o “Drive” dejando claro que INCUBUS tuvo y retuvo siendo uno de los estandartes del cimiento denominado nu metal.

Sus escarceos con temas de su último disco fueron perdonados gracias a una parte final “Nice To Know You”  y “Sick Said…” sencillamente espléndida, dejando un sabor de boca grandioso, incluso para los más escépticos en torno a una banda que ha madurado de forma diferente para muchos, pero que sobre el escenario derrocha personalidad y entereza musical

 

 

 

Turno era, meses después de su visita a Madrid para los RED HOT CHILI PEPPERS que siempre resultan grandes en vivo, sin importar si desmerecen en cuanto a disco de estudio, véase su irregular último trabajo “Im With You”. El caso es que Flea y el ciclón Anthonie Kiedis unen fuerzas y siguen igual aunque pasen los años, renovados con un treintañero de nombre Josh que hace la difícil labor de suplir la baja de John Frusciante y como dejó ver en temas de la talla de «Monarchy of Roses» o «Californication» el chico suma enteros ante la cincuentena de sus compañeros.

Un concierto de sonido espectacular, algo habitual en ese escenario Mundo de dimensiones gigantescas, y un público, 55000 asistentes, que abarrotaron la parte media del césped artificial del festival para, a base de saltos y cánticos, dar aún más calor a la noche veraniega que disfrutábamos.

Pantallas con proyecciones y su particular modo de ofrecer el directo, se mezclaban con la explosividad de ver en escena a estos tipos, con Anthony ataviado de traje y pierna al aire que poco a poco va destrozando antes de quedarse sin camiseta, mientras canciones de su último disco se mezclaban con clásicos “Under the Bridge” o la citada “Californication”.

La pena de todo ello es que se centraron en muchos temas lentos, lo que deja ver su inteligencia a la hora de recuperar fuerzas pero que sirvieron para que parte del público se “perdiera” en algunas canciones, volviendo a insuflar energía con más clásicos “By The Way” o “Give it Away” con las que rompen con todo y se dejan querer por un público que en aquellas canciones se desgañitó, en un alarde de fuerza unida por hacerse notar más que el propio grupo.

Personalidad arrolladora que volvieron a demostrar en dos horas de concierto, que por momentos hacía nos perdiéramos dado su irregular último disco, demasiado presente en canciones con menor ritmo que suplen con una parte final de gran actividad y por supuesto una puesta en escena tan embriagadora como siempre.

Poco pero buen rock en una última jornada de una edición descafeinada en cuanto al género musical se refiere, ese que curiosamente, da nombre al evento.

Miguel Rivera