SANTERO Y LOS MUCHACHOS

PURO ESTILO CLÁSICO

No todos los días dentro del rock encontramos músicos que decidan mirar al pasado para crear su propio proyecto inspirado en la música de los 50 y 60. SANTERO Y LOS MUCHACHOS es la idea de Miguel Ángel Escrivá, conocido por su etapa en la banda valenciana La Pulquería. Como en esta, la forma y fondo suena distinto a lo habitual, cambiando completamente el envoltorio y propuesta, pero de calidad indiscutible. Hablamos de esta nueva aventura.

Una banda de este calibre ¿Cómo nace?

Una banda ofrece muchos placeres y desahogos. La creatividad, los directos, viajar y compartir experiencias con tus amigos día a día. Diversión, aunque mucho trabajo también. De lo bueno, de esos placeres, hay uno que creo es el principal motivo por el que me dedico a esto y es la composición. Tener una idea melódica, rítmica, algo que contar, canturrear, y perseguirla hasta el final. Para mí esa sensación está al mismo nivel que lo que luego es que la gente la cante contigo en un directo. De hecho creo que son los dos parámetros que enmarcan todo este circo. Llega un momento en el que esa gusanillo lo tengo de manera muy particular, con las prisas de ver como se acaban las canciones sin esperar a ser interpretadas por otro. En La Pulquería compuse mucho pensando en la voz de Gerardo, y sólo él además era capaz de darle esa potencia, pero quería probar a tener que conformarme con mi manera de hacerlo, con las ventajas y desventajas de terminar canciones y tomar decisiones sin someter todo a consenso popular.

¿Cómo aparece el nombre del grupo?

El nombre es algo con lo que me encuentro día a día camino del estudio que tengo con mi hermano Joseman y Soni, bajista y guitarrista de Santero respectivamente. Está situado en las huerta de la zona norte de Valencia y cuando no estoy tocando procuro ir todos los días a trabajar en nuevas ideas. Camino al estudio siempre pasaba frente a una pequeña casa también rodeada de huertos donde adivinaba un letrero que no conseguía leer bien. Cierto día me acerqué algo más y para mi asombro leí «Santero». Pensé que era un buen nombre fonéticamente hablando y también era algo que me suena al oficio de uno. Después ya comencé a encontrarle un sentido algo más mágico y evocador, tratando de comparar la santería, como conjunto de creencias religiosas que es, a nuestra práctica también muy creyente en la única fe que nos rodea, la fe en el rock, en vivir lo que haces, en la música. Además en la santería hay diversidad religiosa, y pese a que nosotros no somos nada religiosos sí estamos formados por una variedad de influencias que nos iluminan y estimulan cien por cien.
Los Muchachos es un valor añadido. Un punto estético y musical. Dos viejos rockeros de los años 60 que acompañan con pose y coros.

¿A qué se debió la pausa y parón de La Pulquería?

La Pulquería decidimos parar sin darle demasiadas vueltas. Cada cual tenía ganas de otras cosas y no nos gustaba tener que seguir estirando el cuento sin un nuevo disco. Como tampoco nos veíamos enfrentándonos al trabajo que ello supone. Si algo teníamos era un público fiel y sentíamos tener respeto hacia nosotros. La decisión estaba tomada por un respeto recíproco donde vislumbrábamos un estancamiento creativo. A los pocos meses de aquella despedida de cuajo en Valencia y parón definitivo, fuimos aún más conscientes de esa fidelidad que hemos ganado, lamentando por cada escrito en nuestras redes sociales no habernos desplazado a otras ciudades a decir adiós como tocaba. Siempre hemos tenido cierto arte caótico para pilotar el barco. Para bien y para mal son «pulqueradas». Lo cierto es que prometimos regresar sólo si había disco nuevo pero yo personalmente estoy ahora en estas guisas más tranquilas con Santero y no me inspira demasiado. Lo que sí es cierto es que La Pulque somos amigos y detrás de cada vino compartido siempre hay ganas de todo aquello. El Rock dirá.

Habéis lanzado un primer EP con cuatro temas, que le seguirán dos más, ¿a qué se debe esta fórmula?

De unas canciones, surge un nombre, después se amplía a banda, más tarde unos videoclips, un Facebook, una web y un par de presentaciones en dos ciudades. Para todo esto debíamos tener una tarjeta de presentación física además. Hicimos el EP, «Buenos y Malos». Un CD con cuatro temas que encierran una etapa de transición para mí y marca el origen de lo que pueda ser un camino en el negocio musical junto a mi hermano y amigos de siempre; Aunque ahora estamos más fuera de la industria que muchos otros por tratarse de una auto edición pura y dura. Sin más. Sin cuños. Siendo conscientes de que es muy pronto para buscar sello y marcos legales. Los EPs van a ir marcando los pasos que nos podemos permitir.

En lo que respecta a la gira, ¿qué planes hay?

Ahora estamos inmersos una nueva grabación casi finalizada. Además pensando en un nuevo clip para agosto y dos fechas en el marco de la Feria de Julio en Jardines de Viveros de Valencia. Abriremos el 15 de Julio para Quique González y el 19 para Leiva. Algún acústico playero por nuestra zona y lo que vaya surgiendo. Santero y Los Muchachos es un proyecto sin acabar con las puertas abiertas, donde la gente que quiera asomarse verá cómo va tomando forma. Internet facilita esa inmediatez.

¿Para cuando la siguiente «entrega» musical?

Para septiembre u octubre haremos la consiguiente presentación. Como he dicho estamos finalizando la grabación, pero en verano la gente está con la ensaladilla rusa y otras cosas… Parece que todo cala mejor sin tanto calor. Así que aunque daremos algún adelanto este verano esperaremos a los meses otoñales para el resto.

¿Qué tal está siendo la respuesta de la gente?

Precisamente la red es la que informa a los seguidores pero la que nos estimula a nosotros. La gente que se va sumando a nuestro Facebook, y aunque ahora es un número muy bajo nos consta que están ahí y les gusta lo que hacemos por lo que nos escriben. Cuando ganas público sin un mínimo esfuerzo promocional es porque la gente te busca y eso es fidelidad garantizada.

Háblanos un poco de los vídeoclips «Aún» y «Gusano».

Gusano

«Gusano» tiene una letra clara. Quien no tiene hoy en día un traidor, un jeta, un aprovechado, un corrupto cerca? … Cuantos quisieran ver su sangre correr?… Unos cuantos. Pero probablemente humillarle muchísimos más. Así qué entre todas las torturas elegimos la menos sanguinaria y más vistosa para un clip con sed de venganza. El emplumamiento, una práctica antiquísima que bien lo quisiéramos el pueblo para unos cuantos que hoy día campan a sus anchas como sí de la antigüedad aún se tratara también…
El clip debía hacerle justicia. Los realizadores fueron Joseman y Marc, bajista y batería respectivamente. Ellos se ocuparon de darle forma. Los rodajes son su segunda profesión y todos pudimos disfrutar de un trabajo con toques tan cinematográficos.

«Aún» es un tema muy personal pero muy compartible a la vez. Es una canción como tantas otras que habla de los buenos momentos vividos y por vivir, con aires existenciales marcados por una temporada entre transitoria y de estancamiento. En ocasiones para ver mejor las cosas hay que alejarse de ellas. Desde la distancia y completamente solo las ves de otras maneras. Me fui a New York todo un invierno a buscar un hueco y trabajar en lo que saliera. A mi regreso surgió ese tema, sencillo y tranquilo. El video lo realizó, grabó y montó Joseman, y para ello me propuso hacer de mí mismo en una ciudad no muy reconocible, con desenfoques de luz que le dieran carga melancólica a la letra. Además él estaba obsesionado con que asomaran señores de tercera edad en pleno baile como contrapunto, como un mensaje esperanzador y simpático. Y es que aún con esa edad habrá que seguir disfrutando, conociendo gente, mundo, y mover el esqueleto.

La fusión de músicas, ¿de dónde procede?

No lo sé. Es el resultado de escuchar muchas veces los clásicos de todos los tiempos. En realidad siempre ha habida un motivo por el que escucharlos y mirara atrás para aprender. Ese efecto retrovisor aún aflora más en Santero, donde precisamente buscamos satisfacer la necesidad de sonar de manara genuina. A veces eso marca el camino, a veces la canción, pero sí es cierto que no es la actualidad musical la que nos aporta, y si lo fuera son siempre formaciones que también suenan a pasado.

Suena clásico pero ante todo una banda con personalidad.

Me gusta recordar cómo con La Pulquería dimos con algo que nos divertía a nosotros mismo sin plantearnos que era algo nuevo. De echo veníamos de otras formaciones donde habíamos tratado de sonar como bandas que nos gustaban y no conseguimos nunca demasiado. Las influencias son un arma de doble filo y uno debe saber utilizarlas. A veces nos empeñamos en ser y sonar igual que una banda de éxito y te conviertes en un mero sucedáneo de ellos. Aunque suene extraño entiendo las influencias musicales como las estéticas en un músico o artista, donde debes dejar entrever el carácter de las cosas que te marcan sin ser el doble barato de nadie. Es para nosotros una regla de oro. En Santero hay muchas influencias de muchas generaciones, pero sólo el primer EP debe marcar el camino de los siguientes y no las ganas de sonar parecidos a nadie.

El que vaya a vuestro directo, ¿qué va a encontrar?

Probablemente todo lo contrario a lo que vieran en una banda como La Pulquería. Las composiciones marcan una línea reposada y tranquila donde la gente debe venir a escuchar sobretodo. Una estética y puesta en escena acorde a nuestra música es algo que queremos trabajar para adentrar al público en el mundo Santero.

En lo que respecta a la variedad musical…

La variedad musical enriquece a un músico. Eso es así. Pero cuidado con perder el norte. Creo que hay que ir compensando el equilibrio y avanzar en tu cuerda si quieres demostrar marcar tu propio estilo. Hay mucha fusión y mestizaje a peso donde se muestran multitud de estilos y se pierde el norte en la composición. Para nosotros la canción manda, y lo demás son herramientas para enfatizar su carácter, su mensaje.

¿Qué buscáis conseguir?

De momento he conseguido lo que quería. Tocar con quienes estoy tocando. Hay familia y buenos amigos con los que compartir esta nueva aventura. Quiero conseguir sentirme cómodo siendo la voz cantante de unas canciones que partem de mí pero, además poder hacer que se sientan realizados ellos también pues tienen mucho que aportar ahora que están. A diferencia de la primera grabación está vez ya he contado con toda su involucración. Estamos realmente contentos de la nueva energía. Para eso se forman las bandas, para compartir sensaciones. Me gusta ese sentimiento y aunque todo nace de algo muy personal no he podido evitar caer en esto de nuevo, en la necesidad de experimentar y trabajar conjuntamente. Además de Joseman Escrivá al bajo, Soni Artal guitarra, Marc Guardiola como batería, quien también formó parte en el disco y gira del Fast Cuisine de La Pulque, ahora reforzamos con Carlos Soler quien conduce su propio proyecto como Dammien Lott, un musicazo multi instrumentista de verdadero valor para nosotros.

Conseguir es el final. Vivir algo nuevo es sencillamente cojonudo. El resto de este viaje a ninguna parte que lo marque la gente y las canciones.

¿Algo que añadir?

Que te estoy verdaderamente agradecido.

Miguel Rivera