SLIPKNOT – «Iowa» 10º Aniversario

SLIPKNOT – «Iowa» 10º Aniversario

Roadrunner Records, Warner

Puntuación: 8,5/10

A estas alturas, hacer una crítica de uno de los discos más influyentes del metal de los últimos 20 años sería todo un eufemismo. Se da por hecho que en estos 10 años de su edición, cualquier BUEN fan del Metal que se precie ha escuchado (o debería) el disco, o al menos varias de sus canciones.

Una edición 10º aniversario de un disco mítico es siempre una buena oportunidad no sólo para comentar su importancia y su significado, si no además, para hablar de su trascendencia, su validez actual, y como ha sabido aguantar el peso del tiempo, que repercusión tuvo en la escena, que o a quienes inspiró, y máxime, lo que supuso para el propio grupo.

Hoy hablamos de la reedición de «Iowa», 2º disco oficial (3º en cuestión) de los estadounidenses SLIPKNOT, publicado en 2001, 2 años después, de su debut homónimo con la todo poderosa Roadrunner, y que vino a confirmar lo que muchos nos imaginábamos (y esperábamos) de la banda cuando tuvimos oportunidad de escucharles (y verles) por primera vez allá por el año 1999-2000.

En el momento de publicarse «Iowa», la escena reinante en el mundo del Metal, era el tan denostado Nu Metal, movimiento en el cual también incluyeron a SLIPKNOT, sin apenas pedirles su opinión. Eran los tiempos de Limp Bizkit, Korn, Linkin Park, Deftones, System Of A Down, P.O.D. o Staind, y del puto Buterfly de Crazy Town. Tiempos en los que muchos grupos de metal alternativo, con uno o dos discos ya publicados, y una prometedora carrera por delante, tuvieron que prostituir su sonido en favor de aquel sonido Mainstream generado por las ya mentadas bandas, echándose a perder, para solo quedarse como una mera anécdota a pie de página en la historia del Metal, y todo por algo más de dinero, y fama.

Pues bien, en aquel momento, SLIPKNOT volvía a la actualidad con muchísima mala hostia, elevando el dedo corazón mientras entonaba un grandísimo «fuck you». Se habían tirado casi 2 años de gira, pasando de ser un grupo desconocido fuera de su Iowa natal, arreglándoselas para sobrevivir en carretera (si ya es difícil convivir y sobrevivir, durante semanas en un autobús siendo una banda de 4, imaginaos lo que tiene que ser 9 personas, para asearse, dormir, comer, beber, en un espacio reducido… y etc. etc.) y tirar hacia adelante, sin apenas respaldo mediático, ni dinero de promoción, y a base de buena música y mucho tesón, en tan solo un año, sin apenas parar de tocar y curtiéndose el lomo a base de bien día tras día; empezaron a oler las mieles del éxito y codearse con los grandes.

Tras aquel periplo, y dada la tendencia del movimiento a grandes hits radiados a todas horas, se esperaba que su siguiente disco fuera un cumulo de otros 3 o 4 «Wait and Bleeds» más y algún que otro «Surfacing». SLIPKNOT habían pasado de ser los freaks de turno, y una panda de descerebrados, que quedaba bonito mencionar por parte de periodistas bien desinformados, en alguna que otra revista (y no quiero mencionar, pero piensa en alguna importante de este país de aquella época y ¡bingo!) por lo anecdótico de sus shows, a ser el nuevo hype, y los chicos cool del negocio, así que se esperaba más de lo mismo.
Ni de coña

A SLIPKNOT, un grupo de chicos de Des Moignes (algo así como el Albacete pero desproporcionado de EEUU) todo aquel movimiento generado por el interés, y aquel falso glamour, con olor a rancio les impresiono de manera negativa, provocando una reacción oscura y tenebrosa, que se transformó en una agresiva vuelta de tuerca a su sonido y su género, en contra de todo lo que en aquel momento empezaban a destacar de manera notable. En un majestuoso golpe de batuta, volvieron a reinventar su sonido, alterando el curso natural del metal, y abriéndole la puerta a un ingente número de nuevas bandas en el underground, que poco o nada tenían que ver con el nu metal, gracias a un sonido añejo como era el Death Metal pero modernizado en cuanto a su sonido y afinaciones clásicas (aunque bajar el tono ya se venía haciendo desde hacía casi 7 años).

En mi opinión, el Death Melódico sueco puso las bases, y el «Iowa» de SLIPKNOT supuso el espaldarazo definitivo a lo que un par de años más tarde conoceríamos como Metalcore o las nuevas olas de metal moderno europeo.

Poco después, las puertas de un nuevo universo poco a poco empezaron a abrirse. Muchos grupos de distinta índole (metalera) al ver la efectividad sónica, y el juego que daban muchos de los recursos estilísticos y creativos que se encuentran en «Iowa», empezaron a introducirlos, llegando a verse a bandas de metal “clásico” y de “power metal” empezando incluso a introducir nuevas secciones de riffs o afinaciones que dotaban al sonido propio de un poder y de una energía ampulosa y rabiosamente modernos.

En cada escena también dejo sus frutos. Decenas de bandas nuevas empezaron a surgir en cada ciudad, hambrientas de explotar un nuevo mundo metálico, propuesto por SLIPKNOT, y sería sumamente extenso mentar cada país y cada grupo, pero por poner un ejemplo muy cercano, aquí en España, tuvimos un ejemplo muy claro en bandas emergentes como fueron Coilbox, Sway, los primeros Terroristars, L-Mnto o Second Silence, que supieron entender a la perfección la formula y desarrollarla con sumo gusto y mucha clase.

En resumen, si te consideras un buen metalero, no puedes haber pasado sin escuchar clásicos del metal moderno como pueden ser, Left Behind, People=Shit, The Heretic Anthem, o My Plague. Si eres un headbanger de pro, «Iowa» es un auténtico “must have”, y si además eres seguidor fiel de la banda, y no dispones del disco original, quizás este disco pueda convencerte a tenerlo, ya que además del disco en sí, más un re-mix de My Plague (que no hace mucha diferencia del original, la verdad) contiene un directo de Londres, de la gira que les llevo por toda Europa, y un DVD en el que SLIPKNOT intercambian sus impresiones de lo que supuso aquella gira para ellos, entremezclando un buen número de imágenes grabadas entonces durante la gira y los videoclips publicados del disco. El directo en sí no aporta nada, a menos que seas un fan de este tipo de grabaciones, en el que entonces, te afirmo te encontraras a un grupo en pleno directo, crudos y directos, sin retoques, sin artificios, y sin ediciones posteriores en estudio. Salvajes tal y como son.

Gonzalo van Rooy