STONE SOUR – «The house of gold & bones Part 2»

STONE SOUR – «The house of gold & bones Part 2»

Roardrunner Records, Warner Music

Puntuación: 7/10


No podemos decir que STONE SOUR esté falto de valor, y es que considero que la estrategia de sacar un disco en dos partes divididas por tan solo unos meses es algo complicado. Imaginamos que la historia de «House of gold & bones» suponía más de un disco por lo que su propuesta ha quedado dividida en álbum doble peculiar.

Digo peculiar porque creo que sus dos anteriores discos eran mejores, más que nada porque la banda en los temas más directos y una o dos baladas lo cuajan a la perfección y es ahí donde este trabajo conceptual cogea, imagino que obligado por la peculiaridad y la oscuridad que plantea.

Su primera parte aun así supuso un buen álbum y esta segunda opción resulta sencillamente buena, pero nada más. Y es así porque algunos temas resultan algo pesados y tediosos, demasiado densos para una banda cuyo potencial se exprime al 100% en la crudeza y melodía, aquí lastradas por la conceptualidad.

Abren con un tema difícil de entrar para un comienzo, «Red city» muy lúgubre con pesada voz, mientras que sí hubieran acertado con la dirección muy Stone Sour de «Black John» donde las guitarras se muestran metálicas y el estribillo poderoso en lo melodioso de Corey Taylor. Vuelven al tono triste y pesado en «Sadist» descolocando un poco mientras que dan volumen muy denso en «Peckinpah», lo que hace nunca tiren de velocidad y potencia, donde de veras se desenvuelven bien.

Por supuesto tenemos temas íntimos o emocionales, «Stalemate» es un grandísimo corte en forma de medio tiempo, tranquilo pero explosivo y de crudeza vocal por momentos. «Gravesend» sí da en el clavo en un corte más rockero, de voces contundentes y melódicas y un ritmo muy vivo, recordando anteriores trabajos para con «82» tirar de metal americano con muy buenas formas en un medio tiempo imponente. También cabe destacar el single «Do me a favor» mucho más directo y de sonido típico del grupo al final largo y conceptual de «The house of gold & bones».

En conjunto, un doble disco de resultado singular, de donde hubiera quitado temas y resumido en uno solo con más temas de lo habitual. Eligiendo lo mejor hubiera quedado un solo album de gran calado, al contrario tenemos un par de discos con algunos muy buenos temas y otros demasiado densos para lo que acostumbra la formación. Eso sí, la presentación y apertura del digi pack en forma de casa obliga a su colección.

Miguel Rivera