BIZNAGA

Pradera de San Isidro, Madrid

13/05/2023

El enemigo en casa

Un viernes en unas fiestas de San Isidro, las más castizas que podemos echarnos a la cara, siempre es sinónimo de buen rollo y puede que incluso de buena música. Con Biznaga en su programación, la noche no podía más que deparar un buen rato y, por supuesto, una noche reivindicativa con la que calentar el ambiente de una Pradera de San Isidro en la que el cambio brusco de temperatura con respecto a días anteriores se hizo muy presente.

«Bremen no existe», el cuarto disco de la banda madrileña, es uno de los mejores trabajos del pasado 2022, un acierto del sello Montgrí (con Cala Vento al frente) que ha sabido ver todo el potencial de uno de los grupos jóvenes más reivindicativos de la escena actual, plagada de música indie con mensajes vacíos en muchas ocasiones, en la que ellos han apostado por guitarras y esencia de los 70 para lanzar mensajes con los que intentar dar un toque a tanta cabeza joven aletargada.

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«Mirando al cementerio de San Isidro en el parque con la pena del siglo… seis meses de curro y seis de subsidio… en el fondo no eres más que el cadáver de un niño que a veces despierta en un cuerpo distinto» escupen en la notable «Domingo especialmente triste», un alegato generacional doloroso y certero, uno de los cortes que asomaron en la noche de las fiestas de Madrid más destacadas, con el muro del cementerio de fondo, todo un mensaje donde los puños en alto y el despertar de conciencias de dieron la mano durante su hora musical.

Resultó que el enemigo del consistorio madrileño jugaba en casa con el público a favor, dispuesto a hacerse escuchar, o ver, como pudimos comprobar al mensaje de «Fuera la Falange de Carabanchel» con una pancarta que brillaba en la noche fría a la luz de una bengala.

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El ruido del punk más directo y crítico rezumaba en el ambiente, el mismo con el que compartía cerveza junto a otros compañeros de redacción, uno de ellos desconociendo de la banda para indicarme que «no esperaba ni de lejos esto», conmovido por no encontrar otra banda más de las que solemos comentar.

«Espíritu del 92» crítico con un futuro que no esperábamos, el grito en alto del despertar «Contra mi generación», toda una crítica felina para dar una hostia real y sólida a Almeida y a todo su equipo con «Madrid nos pertenece», el grito de guerra que convirtió una noche de punk en algo más épico de lo a priori esperado.

Revolución de clase, lucha obrera con mensaje en alto «los vecinos de la Ermita del Santo están luchando contra el pelotazo urbanístico de la Quinta del Sordo» que gritaba Jorge Navarro, asegurando que «van a cambiar la zona para siempre y para mal… Madrid no es de los buitres, Madrid nos pertenece a la gente que la habita» lo que conllevó los aplausos y grito popular de las cientos de personas reunidas ante ellos.

Una noche «chula», madrileña y punk, un buen colofón para comenzar unas fiestas en las que el enemigo del consistorio jugaba en casa, enemigo para algunos, compañeros para el resto. La música es necesaria y su mensaje, el de Biznaga, mucho más en estos tiempos, un grito en alto contra la especulación, el fascismo y la defensa de los barrios, a pesar de un futuro incierto en una ciudad como Madrid, que algunos quieren vender pero que Biznaga dejó claro no están venta.

Miguel Rivera