JAVIER REY

‘REY’ DE PERSONAJES

Reunirse en un lugar de cine para hablar de cine, pero también de vida. Una soleada y calurosa tarde de miércoles en pleno centro de Madrid, y más concretamente en un punto de lectura cinematográfica como la librería Ocho y medio, servía como punto de encuentro con el actor Javier Rey.

Con un primer saludo y casi sin habernos sentado, Javier Rey mostraba su capacidad de observación, entrando en materia o mejor dicho, en mi letra, porque sorprendido ante la miniatura de mis apuntes bromeábamos desde el comienzo, «di lo que quieras, ahora me sacarás tus bolis bic de física o química. Si una de las características de un personaje que yo interpreto tiene la letra tan pequeña como la tuya, lo primero que le diría al director es que ese personaje hacía chuletas en el instituto» me decía para abrir entre risas.

Con ese tono distendido, entre peticiones de algunas fans antes de comenzar para hacerse una foto con él, a lo que accedía sin problema y totalmente agradecido, servía para animarlas a que fueran a ver su nuevo film «La casa del caracol» (ya en cines), excusa que nos lleva a tenerle en Rostros de RockTotal. Ese que nos marcaba años atrás con su magistral Sito Miñanco de Fariña, pero que lleva mucho recorrido a su espalda (Hispania, Velvet, Hache, El secreto de la ciudad blanca, El verano que vivimos, Orígenes secretos…)

Considero que Javier Rey es «el hombre del momento» pero ya de muchos momentos, porque se ha extendido en el tiempo y se ha acostumbrado, «es un momento largo, estoy contento la verdad» me confirma.

Habla de la valentía de estrenar en un momento peculiar, sabiendo que los números no serán tan bonitos pero debiéndose al público, teniendo que ofrecer películas nuevas.

Fueron una especie de precursores, grabando nada más salir del confinamiento estricto, yéndose a Málaga con todo tipo de cuidados, trabajando y entrenando solo hasta justo empezar a rodar, momentos complicados, novedosos para ellos pero de lo que aprendió mucho.

Hablamos de su físico, muy atlético porque ha empalmado dos películas en las que sus personajes necesitaban de ello «es anecdótico, me debo al personaje» dice y «si otro personaje me pide adelgazar o engordar, se hace» debiéndose siempre a su trabajo, del que dice lo importante son los personajes por encima de todo, pudiendo rechazar papeles.

Hablamos de la circunstancia que conlleva ser conocido, confirmando que «te condiciona para ciertas cosas» pero de lo que dice ya sabía sin poder hacerse el tonto porque conocía la letra pequeña del oficio.

Las formas son importantes, y Javier se muestra cercano, sumamente agradable y divertido, manteniéndose gallego al 99,9% aunque viva en Madrid y de lo que asegura, me volverá a decir lo mismo con más de 80 años.

Entre risas, buen hacer, mucho gusto y orden en sus palabras, sin meternos en ninguna espiral cual casa de caracol, encontramos a un Javier Rey que sigue siendo un hombre del momento pero mucho más. Una figura tan llana como exquisita en su hacer, tanto en lo cinematográfico como en el «cara a cara». Vamos a ello.

Te diría desde fuera que eres el hombre del momento pero es que eres el hombre del momento eterno, porque llevas años dando esa sensación, ¿cómo lo ves desde tu perspectiva?
Bueno, no lo siento tan así desde dentro, pero sí que puedo comprender de dónde viene la sensación. Llevo muchos años currando, con buen nivel, igual entre Velvet y Fariña se ha creado esa imagen pero en mi mundo tal y como lo vivo no es igual. Y luego lo del “actor del momento” es una etiqueta que me pusieron hace años. Antes había una cosa como de preguntarme ¿cuánto dura el momento? porque al principio era algo como que no me gustaba, lo entendía como una moda pasajera cuando llevaba años currando, pero sí que es verdad que al final me he acostumbrado a ese “momento largo”, y estoy contento la verdad.

Hablando de ello, tu nueva película “La casa del caracol”, ¿llega en un buen momento o hubiera sido mejor esperar un poco?
Hay que ser muy valientes y hay que sacarla ahora. Es la primera película que se rodó después del confinamiento estricto que hubo el año pasado. La hemos presentado en Málaga y creo que es buen momento, que hay que estrenar en post pandemia también. La última película que estrené llegó en un momento durísimo que fue “El verano que vivimos”, y yo creo que hay que ser valientes, sabiendo de primeras que estrenando en este momento probablemente los números no sean tan bonitos, pero si todo el mundo guardamos las películas deja de tener sentido y nos debemos al público, hay que ofrecer cosas y este es un buen momento, el de los valientes. Es un acto de valentía y no de business estrenarla ahora y me gusta que se haga así, sabiendo que los números no serán tan «molones» como en otra situación.


Tu papel en el film, Antonio Prieto, es un escritor en horas bajas que busca la soledad trasladándose a un pueblo malagueño. Sería todo lo contrario de lo que quiere la gente ahora, evitar estar sola después de lo vivido.
Pues te diría que depende, hay mucha gente que incluso se aislará más, no tengo muy claro hacia dónde irá alguna gente porque estoy escuchando todo tipo de cosas. Al final cada uno ha llevado todo esto a un lugar determinado, y habrá gente a la que le va a costar cuando nos dejen estar muchos todos juntos, a otra le costará menos y hay otra que ni ha podido esperar y se ha saltado las cosas (risas), pero el romper con la soledad irá un poco en función de cada uno y de la persona.


Fuiste a rodar la película a Málaga en plena pandemia, imagino que el cambio es drástico en la forma de hacer las cosas con respecto a la vida y forma de trabajo que había en 2019.
Totalmente, pero hay una cosa, y es que yo ahora sí ya estoy acostumbrado a hacerme muchas PCRs por días, a llevar mascarilla, a que me tomen la temperatura al llegar… pero en aquel momento no, porque no habíamos grabado, no había unas cosas claras de cómo se tenía que hacer, salíamos de estar encerrados en casa y éramos un poco precursores y salió todo bien.

También te diré que de forma normal una producción como esta significa semanas de producción todos juntos, ensayos, maquillaje, peluquería… y todo lo hicimos online hasta la semana menos uno, y eso no se había hecho nunca así. Tenías la sensación de no grabar una película de esta envergadura por el nuevo funcionamiento, desde casa, conexiones online, ensayos a distancia, todo un proceso rarísimo, donde lo único que quería era rodar y mira, el caso es que al final todo fue sobre ruedas.

A nivel físico, has ganado músculo y en el film presentas un aspecto más atlético, ¿era necesario teniendo en cuenta que tu personaje es un escritor?
Bueno, en realidad es que me han tocado dos películas en las que el físico era importante. Aquí decidimos que el personaje fuera un tipo atlético a propósito, por cosas que suceden en “La casa del caracol” así que no fue algo porque yo quisiera estar así (risas), pero es algo que está ahí, tiene su importancia cuando la gente la vea lo entenderá. No sabíamos al principio cómo iría todo en el aspecto físico yo entrenando solo pero fuimos adelante y la cosa salió. Y luego es que también he grabado “La cima”, donde tuve que entrenar mucho porque físicamente era la ascensión del Annapurna, he empalmado dos papeles en los que me he tenido que trabajar el físico.

¿Luego te mantienes?
Pues en realidad es algo anecdótico que se busca por el personaje, pero a mi me gusta el deporte y también tengo el cuerpo que tengo, mientras no condicione al personaje que me toque interpretar, seguiré haciendo deporte y si por las circunstancias del papel toca adelgazar o engordar, pues se hace.

¿Qué tal ha resultado rodar en Málaga y más en un momento diferente?
Pues ha sido bonito aunque como dices vi poco Málaga y viví poco también, porque me pusieron un apartamento para mi, como reglamentos del covid y los hoteles, estuve muy aislado, Paz Vega y todo el equipo también, muy separados, pequeñas burbujitas por si pasaba cualquier cosa, rodar y a casa y de casa a rodar y poco más, por eso te decía que lo viví poco. Tuvimos algún día de poder cenar o comer pero poca cosa, al final no es un rodaje habitual.

«Los personajes al final son compañeros que coges de la mano y te cuentan las cosas más íntimas»

¿Cuánto se queda de cada personaje en uno al interpretarlo?
Bueno, siempre aprendes de los personajes que te toca interpretar, no necesariamente soy una máquina de escribir después de esto, pero sí te quedas con cositas y acabas teniendo cierto nivel de comprensión sobre el mismo, y empatizas con él de alguna u otra forma. Yo siempre acabo como si fueran parte de la familia porque te tiras mucho tiempo cuidando de ese personaje, investigándolo, apiadándome de él incluso y dándome pena en algunos momentos.
Los personajes al final son compañeros que coges de la mano y te cuentan las cosas más íntimas, al final eso es lo que me llevo de cada uno y a mi eso me lleva a un lugar personal.

Después de una producción larga y con un personaje como este, ¿surgen sueños en torno al mismo o te acuerdas de ello?
Sí, siempre puede haber alguna situación que te lleve a recordarlo, pero vamos, aquí yo tenía unas ganas grandes de terminar, fue un rodaje agotador, hacía mucho calor, trabajábamos muchas horas con secuencias muy intensas, cosas emocionales fuertes y con una propuesta muy contundente del personaje, por lo que me agoté física como psicológicamente, me quedaban tres o cuatro días (risas). Me daba pena terminar pero que gusto también, por Dios, porque estaba que me caía.

Ahora cuando grabas con mascarillas no conoces verdaderamente el rostro del equipo.
Sí, es muy extraño. Ya cuando llevas muchos años tienes la suerte de tener amigos, pero es verdad que la gente joven te vas e igual coincides y solo por los ojos pues puede que no caigas en ello.

¿Has hecho amigos de verdad en el cine?
Sí, te lo digo de verdad. Yo vengo de Noia, un pueblo de Galicia donde tengo mis amigos de la infancia, y siguen siéndolo, pero cuando yo me vine a Madrid lo hice solo y al final mi familia de amigos de aquí es toda del cine y de la tele, y tengo amigos actores, actrices, técnicos, scripts, conductores, y son amigos de los de verdad, que son como familia.

Hay mucho de leyenda en la película, viniendo de Galicia, ¿te ha ayudado de alguna forma?
No, no especialmente. Personalmente vengo de una zona en la que se creen en ciertas cosas extrañas y se justifican muchas cosas, pero yo no creo en nada, ahí soy muy práctico, si no lo veo no lo creo. Pero como buen gallego lo digo con la boca pequeña no vaya a ser (risas), que luego llego al final del camino y me lo achacan.

Tu primer trabajo junto a Paz Vega, ¿cómo ha sido?
Una maravilla, una actriz como la copa de un pino, tiene mogollón de experiencia, es súper generosa, divertida, te sorprende trabajando… cuando trabajas con gente así es una maravilla y hace muy sencillo todo.

Cuando te desplazas a otra ciudad a grabar, al final con tanto trabajo ¿te aíslas de alguna manera un poco del mundo?
Sí, pasa, pero también depende del personaje, también de la persona evidentemente porque hay mil millones de maneras de actuar como actores existen y cada uno lo lleva como puede. En mi caso depende del personaje, si es intenso a veces sueño hasta cosas y me cuesta desconectar muchísimo.

Con Antonio Prieto, el personaje de La casa del caracol, me ha sido difícil desconectar y al verlo se entenderá, porque hay muchas capas en ese personaje, había que hilar fino en muchos lugares, todo fue muy exigente para mi y la cabeza no para, siempre pensando, y luego las secuencias del calendario, que son las que marcan más el nivel.

En el mundo del cine, parece que cuando acaba una película, de no haber nada en el horizonte estás en el paro.
Sí, cuando empezaba todo esto me decían siempre «tal y como está el mundo, es una profesión muy complicada”, ahora todas las profesiones lo son, si eso no existía ahora ya existe para el 90% del trabajo de este país, ahora te puedo decir que todos sabemos lo que significa ser actor.

También hay más trabajo porque hay plataformas de streaming.
Sí, se nota que hay mucha producción y se agradece, pero lo importante es que haya buenas historias, eso es lo esencial.

¿Has rechazado papeles?
Sí, depende un poco, si ya lo he hecho no me quiero repetir, quiero tener una carrera con personajes variados, intentar llegar a lugar interpretativos donde no haya llegado antes, el reto es lo importante, si me huele a conocido no quiero hacerlo. Hay que saber también de los proyectos, cuando haces unas serie sabes que va a tener continuación desde el principio por las temporadas.

Dicho esto, ¿más de cine o de series?
Más de personajes, el que más me ofrezca en el momento, pues ahí estaré.
El consumo y la manera de consumir va cambiando, es constante. Yo he hecho muchísima tele, seguiré haciendo televisión y la consumo mucho. Hay veces que un capítulo de una serie supera con creces una película, y luego en otras una serie con una temporada no podrá nunca tener nunca el punch de una película. Pero la manera de rodar son cada vez más parecidas, como actor si te abstraes un poco ahora puedes llegar a preguntarte si esto es tele o cine, y antes eran primas lejanas.

Te puedes llevar mal con un compañero de trabajo en una grabación.
Sí, el cine no es diferente a una oficina, en un set de rodaje somos todos humanos, igual 50, 80 o 120 personas trabajando con todo tipo de puestos donde el mío es el de actor. Normalmente cuando de 100 personas en un trabajo el 99% quieren estar ahí, pues hay muy buen rollo. En mi caso todo lo que he hecho han sido experiencias muy bonitas.


Te vienes con 20 años a Madrid, y llevas otros veinte, ¿cuánto de gallego queda en ti?
Uff, pues un 99,9% y si me haces esa pregunta cuando tenga 86 años te volveré a responder que 99,9%.

¿Te verías viviendo en Galicia?
A ver, es una locura irme a vivir allí con el nivel de trabajo que tengo, pero como buen emigrante cuando se iban a Suiza o Argentina siempre tienes esa cosa del “volveré”, a más tardar vuelvo para morir, pero me queda mucho Madrid, y la galleguidad y el deportivismo los llevo en la sangre.

Cuando vas a tu pueblo, ¿quién es Javier Rey?
Mira, en mi pueblo pasa una cosa que no sucede en ningún lugar del mundo, que soy Javi el hermano de Ramón, el hijo de Divina, nadie me trata como Javier Rey, el actor que ha estrenado ahora una película. Me tratan como uno más, ¿qué tal el curro? ¿cómo está tu hermano? ¿y la familia, cómo te va?, allí se normaliza todo.


Hablando de ello, ¿puedes hacer vida normal? es decir, ¿nos podemos ir tu y yo ahora después a la calle a tomar una caña?

No, no puedes hacer una vida normal como tal. A tú pregunta, sí, nos podemos ir de cañas, pero tienes que saber que van a pasar cosas, y dependiendo de cómo y dónde vayas, pues suceden más o menos. Yo minimizo riesgos y decido no hacer tales cosas porque creo que pueden ocurrir cosas, y ya solo con ese pensamiento, ya me condiciona la vida. Es algo que va con el oficio, yo me leí la letra pequeña del contrato de mi oficio, así que no me puedo hacer el tonto con esto. Sé que si me va bien en mi trabajo, tiene unas consecuencias, hay gente que querrá saber de mi vida, gente que te molesta, otra que te endiosa, y dirán cosas muy negativas o súper positivas pero al final sé que no soy tan bueno ni tan malo, tengo que buscar el equilibrio.

¿Qué te gusta hacer cuando tienes tiempo libre?
Ver a mi familia, ir al cine, porque me encanta, también hacer deporte, viajar, planes muy sencillos la verdad, y por supuesto, una sobremesa gallega de 16 horas con licor café y charlando, esos son mis planes favoritos.

De no haber sido actor, ¿a que crees que te hubieras dedicado?
Pues creo que tendría serios problemas para que alguien me pagara por algo. Intenté ser deportista profesional y no lo conseguí y no había mucho más, fui mal estudiante y si borro esto, probablemente estaría en un curro que no me gustase y por tanto no sería lo suficientemente bueno para que alguien me pagara un buen sueldo.

Javier, para terminar, una película, una serie y un libro.
Pues mira, un peliculón que me fascinó todo y ha sido de alguna manera inspirador es ‘The Father’ con Anthony Hopkins. Todo el mundo hablaba de él como “el de El Silencio de los corderos” y ahora será el tipo de “The father”. Me parece brutal llegar a su edad y poder hacer eso, es mi sueño como actor, llegar a una edad muy madura y hacer un papel a esa altura, es un papel brillante, cada secuencia y todo lo que hace en la película.

En cuanto a serie, una que me ha gustado mucho es ‘La innegable verdad’ Lo que hace Mark Ruffalo es increíble, ha sido como el Barcelona de Guardiola o el Depor de Arsenio Iglesias, no todo el mundo hace eso de esa manera, está a la altura también de muy pocos.

Y como libro, yo soy mucho de cómic, ahora me estoy leyendo “Hoy es un buen día para morir”, una novela gráfica que me está gustando mucho.

Entrevista: Miguel Rivera

Fotos: Arturo de Lucas