El pop-punk de los 2000 regresa con la nostalgia por bandera

Dicen que toda moda vuelve, aunque más bien podríamos decir que la nostalgia musical de los brillantes 2000, en una época de cambios y actitud melódica en lo musical vuelve a brillar más de dos décadas después. Como en el tenis, la Next Gen parece que sigue siendo la de los clásicos, y el revival de grandes artistas de la época se hace patente con el interés que despiertan uniendo a la GenZ y millennials en la nueva era.

El renacimiento del pop-punk veinte años después es más que evidente, un género que brilló a principios del siglo XXI, con el nacimiento musical de artistas como Avril Lavigne, Blink 182, Dashboard Confessional o Simple Plan, por decir algunos grandes nombres.

El sonido 2000 vuelve con una fórmula pop-punk de veteranos

Los veteranos del gremio viven de nuevo un momento de popularidad, ilusión y ganas que se somete a un público que aúna diversas generaciones en torno a una música que ha basado su estilo en las melodías contagiosas, el brillo musical y el buen rollo, un compendio de elementos que parecen tener cabida tras un par de años oscuros por la pandemia.

La veteranía es un grado, y todos esos artistas que triunfaron siguen siendo ahora una revolución para los nuevos oídos, consiguiendo esa influencia necesaria en la nueva era cuya mezcla de nostalgia y curiosidad, recupera viejos oyentes.

El género se ha ido renovando a lo largo de estas dos décadas con nuevas propuestas, pero el interés por el estilo se ha visto atraído por los que fueron precursores del mismo.

Ese entusiasmo por lo vivido ha llegado a las nuevas generaciones, donde confluyen los de la generación Z con los millennials que han sentido ese interés por los pioneros como si de un homenaje se tratara. Nuevos artistas veinteañeros como Yungblud o Heather Baron-Gracie (Pale Waves) han declarado que sus influencias e interés beben de artistas punk-pop que triunfaron en los comienzos del 2000 como Lavigne, acrecentando el interés de nuevos jóvenes transformada en un revival nostálgico.

Es tan claro como que Pale Waves beben de esas raíces en su próximo disco en un tema tan clarividente como «Reasons to life», donde Avril en esencia está muy presente.

«Confluyen los de la generación Z con los millennials, que han sentido ese interés por los pioneros, como si de un homenaje se tratara»

Lo que antes eran letras “blandas” de amores, rupturas y fiestas de tinte universitario de aquellos artistas, se han actualizado a los tiempos, donde las chicas son guerreras, y en las que la salud mental y el empoderamiento toman el protagonismo en un espacio inclusivo, acorde también a los tiempos bajo el prisma musical de décadas pasadas.

La llamada GenZ del pop-punk vuelve con brillo en 2022, tomando conciencia política, malestar de la sociedad o la igualdad de derechos como premisas en sus canciones, que reclaman para sí sus ahora oyentes millennials, y en ese espíritu nostálgico y curiosidad de los nuevos fans, confluyen ambas generaciones en torno a lo “viejo”.

«La salud mental y el empoderamiento toman el protagonismo en sus letras en un espacio inclusivo, acorde también a los tiempos»

2022 es un año del revival de aquellos pioneros que ahora son veteranos heredando de nuevo el espacio que ocuparon como liderazgo e influencia en la nueva era. Como con la ropa o el cine, todo vuelve, ya pasó con el interés por la cultura pop y el sueño ochentero, Stranger Things o Cazafantasmas recuperaron la magia de aquella década despertando el interés de la nueva generación y la nostalgia de la Z, lo que ocurre parecido con el pop-punk del 2000.

Avril Lavigne se ha erigido como una de las grandes voces de ese revival musical que engloba generaciones, recuperando sus tiempos mozos en lo musical junto a Travis Barker, otra referencia de la época gracias a Blink 182. Lavigne lanzaba hace unos meses una explosiva obra punk en abril, “Love sux” y Barker hacía hace poco lo propio con su banda, siendo el artífice de que la canadiense volviera a sus raíces en lo que definió como la que iba a ser “una nueva era del pop-punk”, y no estaba alejado.

Es Simple Plan un referente, haciendo hincapié también en esas colaboraciones de los veteranos retroalimentándose, como “Ruin my life” con la colaboración de Deryck Whible, de otro gigante del género, Sum 41, sinergias que destapan el momento dorado que reviven las bandas del 2000 y que les traerá también de gira juntos.

Y si hablamos de nostalgia, dos míticos grupos de vuelta de la década, My Chemical Romance, cuyo oscurantismo emo rompió los corazones de más de una y uno, y cuyo regreso y reunión se vio interrumpido por la pandemia. Junto a ellos Paramore, el grupo de una Hayley Williams que arrastra fans por el mundo, anunciaba en enero que ya se encontraba en estudio para dar forma a su vuelta con disco.

Todo ese renacimiento de un género en una nueva era que no deja de mirar al pasado para presentarse ante la nueva generación acorde a las inquietudes del momento se han traducido en el explosivo y nostálgico de festival remember de nombre clarificador “When we were Young”, que la promotora Live Nation ha organizado en lo que puede ser una fiesta de antiguos y nuevos espectadores.

Los que fueron cabezas de cartel de la década de 2000 recuperan el pulso y sus letras en grande en un cartel que brilla con MCR, Paramore, Taking Back Sunday, AFI, Alkaline Trio o Dashboard Confessional como glorias convertidas en gran reclamo, junto a la next-gen, véanse The Used, Mayday Parade, Neck Deep o State Champs en la que es la gran confluencia de generaciones. Un evento que se celebrará en octubre en Las Vegas y que nada más sacar sus entradas a la venta agotó su primer día, anunciando una segunda fecha con idéntico resultado.

Pero no solo eso, el revival pop-punk y emo también tendrá su reflejo en ‘Emo’s not dead’, donde la mega estrella de las redes sociales (ex It-Boy) Matt Cushall, ha visto el tirón para montar en Los Ángeles y México un evento donde New Found Glory, Thursday o Silverstein darán cuenta de todo ese interés, fijando un nicho que hace unos pocos años hubiera sido impensable ante un estilo de capa caída.  

La realidad es que el 2000 anunciaba el temido Y2K que no fue, década en la que el pop-punk y emo vivieron su época dorada. Dos décadas después, las glorias de la época resurgen, adecuadas a los tiempos sin cambiar sus raíces, sumando adeptos y haciendo que GenZ y millennials confluyan en torno a una válvula de escape lúdico musical como puente entre ambas, necesitadas las dos de distracciones tras dos años marcados por la crisis sanitaria y en un momento único para el género, en el que ambas podamos gritar eso de “Teenagers”, como ya hicieran en su día My Chemical Romance.

Miguel Rivera

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