THE KILLERS

La segunda jornada de Mad Cool levantaba muchas expectativas por la esperada vuelta de The Killers, la formación de Las Vegas volvía como gran reclamo del día de un evento que en su segunda ronda mezclaba sonidos y hacía un pequeño encaje de bolillos en cuanto a horarios no del gusto de todos, dado que la banda norteamericana saldría a tocar pasada la medianoche.

Llegábamos al recinto, en el que desde los puestos de comida pasando por los accesos de cercanías, dejaban claro que la jornada iba a ser más temprana y multitudinaria en cuanto a público. Con Nothing But Thieves poniendo su rock alternativo meloso y sustancioso a partes iguales ante un sol de justicia, y a quienes veíamos hace tan solo dos meses en La Riviera. Funcionan muy bien en temas potenciales como «Amsterdam» con mucho extranjero a nuestro alrededor, pero también en bonitos medios tiempos como «Real love song» o «Sorry», y siendo arriesgados pero acertados por la forma lenta de terminar con «Impossible».

Nothing but thieves mad cool 2022

De ahí nos movíamos al rock punk desbocado de Amyl and The Sniffers, demostrando que Amy es un portento rockero, aprovechando la pasarela del segundo escenario para «escupirnos» con su vozarrón y agresivas formas.

amyl and the sniffers concierto mad cool 2022

Con ese músculo y con más gente entrando al recinto, llegábamos a los platos fuertes. Cosas de la vida, Deftones, un grupo que no encajaba del todo en la esencia musical de Mad Cool ocupando una magnífica hora ya entrando en la noche para ofrecer su rock denso, excesivo para muchos, dado que no conseguía congregar a todo el público que se presupone en el gran escenario, repartiendo a la gente entre muchos otros puntos del festival.

Chino y compañía manejan su intensidad con mucho tino y gusto, con temas como «Digital bath», su magnífica «Diamond eyes» o «Change», singles que tienen contundencia y melodías tan oscuras que no todo el mundo supo interpretar.

deftones concierto mad cool 2022

La épica de Imagine Dragons nos movía a un abarrotado segundo escenario. Ahora sí, como en el caso de The Killers, los de Dan Reynols y compañía son una máquina que funciona de forma engrasada en festivales, un grupo idóneo para que su frontman conecte de manera notable con su gente, en una pasarela donde los humos y confetis adornan la grandilocuencia coral que suponen hits como «Thunder», la intensidad romantizada de «Amsterdam» o «Whatever it takes».

El público conoce cada canción, y en esa sinergia entre ellos y nosotros suma enteros a una épica musical que va a más, bajo aplausos grandilocuentes con Dan empuñando una bandera LGTBI como bonito momento, mientras que los brazos en alto y la explosión de júbilo llegaban con «Believer», un clímax que incrementan con los «fuegos de artificio» visuales del confeti para hacer mayor una fiesta en la que Reynolds nos avisaba «sois la razón de que estemos en la música».

Y ahora sí, volvíamos al escenario principal para reencontrarnos con los norteamericanos. The Killers tenían todo a su favor, un público que venía por y para ellos, pero había que confirmarlo, y vaya si lo hicieron. No se andaron con tonterías y con un finísimo y digamos que entrenado Brandon Flowers atacaron al personal con hits como «Spaceman», «Smile Like You Mean It» o «Jenny Was a Friend of Mine» en una colección de hits para una máquina que sonaba como pocas veces. Alta fidelidad sonora en un concierto que desde el primer al último tema, nos dejaba con la boca abierta durante todo el acto, en una explosión sonora y de comunión total con su gente.

Un Brandon que centraba las miradas, porque él es el absoluto protagonista, comandando una función que maneja el resto de compañeros con grandes dotes instrumentales y donde un trío coral femenino daba mayor empaque y grandeza a su repertorio de éxitos. Con «Somebody told me» Brandon jugada con nosotros «perdonadme, no nos hemos presentado, somos The Killers».

The Killers mad cool 2022

Ante éxitos como «Run for cover», «When we were young» o «Human» poco nos queda hacer que no sea bailar, todo bajo sintes y sonidos tan bailables como dejaba adivinar el pantalón acampanado de un Brandon de forma física envidiable, bien entrenado para moverse de un lado a otro del escenario, sabiendo que la hora y media estaba para sudarla, aun vestido con elegancia de quien va a una fiesta de alto copete, esa en la que hay espacio para estrenos, con su nuevo tema «Boy»

«Runaway» ponía más alto el listón, ante casi 70000 personas entregadas a los éxitos de los de Las Vegas, y en donde el confeti y los fuegos adornaban un espectáculo que no necesita de más alarde que sus temas, todo en una fiesta en la que como Brandon recordaba, «estamos vivos» tras dos años muy duros para todos y donde «Mr. brightside» servía como última invitación ´al baile para confirmar que The Killers siguen siendo la gran banda festivalera que necesitábamos.

Miguel Rivera