WOLF ALICE

02/11/2022

Promotora: Live Nation / La Riviera, Madrid

La banda inglesa Wolf Alice se ha valido de tres inmensos discos y una proyección in crescendo con cada uno de ellos para convertirse en una de las bandas más valoradas internacionalmente.

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© Javier García / RockTotal

Si en disco son buenos, en directo más si cabe, porque en su caso todo funciona, en una escenografía que no necesita de nada especial más que la ejecución de unos temas que nos llevan en volandas desde el rock alternativo a pasajes musicales de ensueño y otros terrenos a los que otorga de belleza, rabia y misterio la genial voz de Ellie Rowsell.

Tanto en el Teatro Barceló de Madrid en 2018, con un concierto notable presentando su segundo disco «Visions of life» que les valiópara hacerse con el prestigioso Mercury Prize, como su actuación a plena luz del día de Mad Cool este año, los londinenses siguen acaparando atención, miradas y más y más fans a su alrededor.

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© Javier García / RockTotal

El salto a La Riviera ya nos avisaba de su crecimiento en nuestro país, ahora con el que puede ser su mejor disco hasta el momento, un inmenso «Blue Weekend» lanzado el año pasado y en el que hacen mejor su variedad estilística, capaz de llevarnos por momentos alternativos, otros atmosféricos o sentimentales, cuando no estremecedores.

Con una sonrisa de oreja a oreja les recibíamos con «Smile», ante un sold out del que eran muy conscientes, como harían saber agradeciendo a todos la asistencia en su concierto más importante hasta ahora.

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© Javier García / RockTotal

Sonido distorsionado y crudo en uno de los cortes más experimentales del disco, músculo para comenzar la velada que se aderezaba con su sensual estribillo. Pasábamos directos al rock contenido pero a su vez desatado de «Formidable cool» bajo esa capacidad innata para los cambios, como dejaban adivinar los acordes de «Lipstick on the glass» con la parte vocal más dulce de Ellie en un pasaje musical que nos llevaba por terrenos emocionantes sobre el escenario, con tranquilidad y gusto exquisito, una especie de viaje mental e interno a nuestros sentimientos que aderezaban en «Delicious things», formidable ejecución ensoñadora.

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© Javier García / RockTotal

«Hola, ¿qué tal Madrid?» preguntaba en perfecto español una sonriente Ellie al frente, «good to see you», añadía antes de volarnos emocionalmente la cabeza con la finura que es «Planet Hunter» tan evocadora que con palabras no soy capaz de llevaros al momento. Con las palmas en alto tras solicitud de Theo Elis, llegaba el ritmo alocado de «Space & time». Y en ese estado de gracia, Ellie volvía a invitarnos a vivir pasajes embriagadores de su último disco gracias a dos temas que en vivo emocionan y de qué manera: «Sales from heartbreak (if you never fall in love)» con los móviles en alto y el aura folk que manejan en este dulce hit, no menor en su ensoñación musical que es «How can i make it OK?» pregunta a la que responder que «todo lo hacen bien».

Se manejan igualmente sólidos en las canciones más intimistas como las dos mencionadas, para bajarnos al suelo y oscuridad que es «Silk» y abrasarnos con lo experimental de «Feeling myself», que me recuerda a The Gathering en su puesta en escena sonora, demostrando que es una banda capaz de todo en lo musical.

Y de lo oscuro a la locura musical distorsionada de «Play the greatest hits» volándonos los pelos en una demostración de rock agresivo. Volviendo a darnos las gracias para buscar la densidad y coqueteo stoner en «Visions of a life», para cambiar nuevamente el rumbo musical con Ellie sentada al borde del escenario y acompañada de su guitarrista para abordar la emotiva lenta «No hard feelings», en otro de los más bellos momentos del directo.

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© Javier García / RockTotal

Y así, recta final para volver con el grunge más noventero de «Moaning lisa Smile» y despedirnos con dos regalos musicales de su última obra. «The last man on earth» es un viaje espacial de la mano de Rowsell con el piano acompañando mientras dejamos de lado la gravedad mental para entrar en su sueño musical, ese que aborda su parte final y recordarnos lo importante que son los besos para no olvidarnos nunca de ellos en «Don’t delete the kisses» con Ellie dando el do de pecho en un estribillo majestuoso y eterno.

La banda inglesa suma y sigue, un sold out merecido que no hace más que asentar una fórmula musical reflejo de una montaña rusa sonora, rockera y emocional a partes iguales, para un grupo diferente lleno de personalidad, que en disco es notable y en directo asombra, quizás por ello de sonar a sí mismos, algo de lo que estamos necesitados como oyentes y espectadores. Agradecidos salimos.

Texto: Miguel Rivera

Fotos: Javier García